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A la tercera va la vencida. Machupicchu (Perú)

SENSACIÓN: Triunfo ante la adversidad de los elementos y gracias a un gran tesón.

 

 

     

 

En los 3 años que estuve viajando yo solo, cuando veía un destino que me había impresionado me lo guardaba para repetir mi visita acompañado de mi esposa Carmen. Este es el caso de Machu Picchu que en el año 2009 me maravilló principalmente por el entorno en el que se sitúa.

En el año 2010 programé una repetición de los lugares que más me habían gustado de Chile y Perú y entre los que incluí lógicamente Machu Picchu. Un viaje que le encantó a Carmen, pero con una sombra: cuando llegamos a Cuzco una fuerte inundación nos impidió subir a ver el yacimiento porque lo habían cerrado.

A principios del 2012, estando en Ecuador decidimos dar un salto en avión desde Quito e intentar de nuevo visitar Machu Picchu, para lo cual me aseguré de que no había ningún impedimento climatológico y que el yacimiento estaba abierto. Pues bien, llegamos a Cuzco, todo iba viento en popa y cogimos billetes de tren para el día siguiente para llegar a Aguas Calientes, en la base de la famosa montaña. Esa noche oímos que llovía con fuerza pero no le dimos importancia, cogiendo a la mañana siguiente un coche que nos llevó hasta “Ollantaytambo” desde donde se cogía el tren.

En la estación había un pequeño caos. La gente comentaba que ya hacía 1 hora que ellos debían haber salido pero no había tren. Nos informaron que había habido un gran desprendimiento en la vía impidiendo el paso y que estaban trabajando para limpiarla. 2 horas más tarde nos comunicaron que no era posible transitar, que nos volviéramos a Cuzco y que solicitáramos la devolución del billete.

¡¡¡ Carmen, le dije, aquí hay algún gafe y no soy yo, porque ya he visto Machu Picchu la primera vez que vine, pero tu lo has intentado 2 veces y no lo has conseguido !!! Con mucha decepción nos volvimos y estuvimos toda la tarde informándonos acerca de si al día siguiente sería posible ir, pero con resultado negativo por parte de las 2 compañías de trenes que operan.

A la mañana siguiente cuando nos despertamos seguía lloviendo y Carmen exclamó ¡¡¡ se acabó, si Machu Picchu no quiere que lo vea pues que le den !!! Pero yo no estaba dispuesto a claudicar sin una última intentona y esto es lo que escribí en mi diario de ese día:

 

30/01/2012

Machu Picchu ha seguido mandándonos todo lo indecible para dificultarnos el acceso, pero le hemos vencido: lluvia, niebla, mosquitos, derrumbes, cortes de vía, retrasos de tren y hasta un terremoto, son algunos de los obsequios recibidos, pero hemos podido con todo. Como se suele decir ¡¡¡ a la tercera va la vencida !!! y al fin Carmen, ha podido disfrutar de este maravilloso entorno, aunque no fuera con su mejor cara. Además hemos tenido que ir y volver en el día, con lo que supone de andar corriendo de un lado a otro y de tener la suerte de que los transportes se solapen sin problemas.

Cuando nos hemos despertado no teníamos billetes, ni posibilidad de contratarlos por Internet. El tiempo era lluvioso, nos ha llegado la noticia de un terremoto en "Ica" a escasos kilómetros de Cuzco, con más de 100 heridos, tampoco sabíamos si se había limpiado la vía del derrumbe de tierra y rocas de ayer, por lo que la perspectiva era bastante mala. De hecho, hemos decidido olvidarnos de Machu Picchu y buscar alguna otra visita a los alrededores de Cuzco.

Pero hemos observado que paraba de llover y que parecía mejorar el tiempo. A mi me ha entrado ese ¡¡¡ cabreo !!! de sentirte vencido y como soy muy cabezón con estos temas me he dicho ¡¡¡ ¿cómo que Machu Picchu va a poder conmigo? !!!! Me he levantado de la cama y corriendo me he puesto a funcionar como suelo hacerlo en situaciones límite y sin tiempo. En ayunas y a la carrera he ido a las oficinas de "Perú rail" con resultado negativo y después me he acercado a las de "Inca rail", donde he encontrado la posibilidad de ir hasta Machu Picchu en tren, si me daba muchísima prisa, porque quedaba algún asiento libre y la vía ya había sido limpiada. Después de recoger a Carmen en el hotel, hemos ido a donde se contratan unos taxis colectivos porque teníamos que ir al pueblo de "Ollantaytambo" a unos 80 Km. para coger el tren, es decir, al mismo sitio de ayer. Después de discutir el precio, un sonriente joven se ha puesto al volante y como una exhalación nos ha llevado hasta nuestro destino en un tiempo récord, dándonos tiempo hasta de desayunar. El tema del tren hasta "Aguas Calientes" ha sido otro punto importante superado aunque con retraso, de camino nos han enseñado el derrumbe de tierra y grandes rocas de ayer, marchando detrás de otro tren más lento que nos ha retrasado en la llegada casi en 1/2 hora, con la necesidad de tiempo que teníamos para una visita tranquila al yacimiento inca.

Aguas Calientes nos ha recibido con un diluvio de agua, pero nosotros ya estábamos ¡¡¡ lanzados y dispuestos a todo !!! con tal de llegar a Machu Picchu. Primero una pequeña bronca en las oficinas de venta de los billetes de entrada al yacimiento, porque tenían una auténtica parsimonia vendiéndolos y después otra para que saliera el autobús que nos subiera a las famosas ruinas cuanto antes, han sido otros pequeños contratiempos, superados éstos a base de casi gritar para que se pusieran en movimiento. Y cuando hemos entrado en Machu Picchu, por arte de magia ha parado de llover, lo que ha ocasionado que durante cerca de 3 horas hayamos podido pasear, disfrutar sentados de la sensacional vista y plasmar fotografías, aunque en algunos momentos la niebla subía del estrecho valle e inundaba todo, dándole un aire de misterio al entorno casi vacío de gente, que no ha dejado de ser por ello una visita muy interesante. Casi a punto de la hora de cierre ha caído un nuevo chaparrón y de alguna forma ¡¡¡ nos ha echado !!! pero no nos ha importado porque ya habíamos conseguido lo que queríamos.

A Carmen le ha encantado principalmente el lugar en su conjunto. Desde luego, al margen de la importancia que pueda tener como yacimiento histórico y de los vestigios de la cultura inca, nosotros lo que más valoramos es la imagen que se queda grabada en la retina cuando en silencio, admiras un paisaje y sin saber muy bien porqué, percibes unas sensaciones que en otros lugares no las tienes. Machu Picchu para mí una vez más, me ha resultado espectacular y para Carmen ha sido, culminar uno de sus sueños, habiendo sido como me ha dicho, superadas las expectativas que tenía y mereciendo la pena sufrir todos los contratiempos que hemos tenido.


 
 
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