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Plan
de viaje
Visita
de 10 días a la isla caribeña de
la Martinica, principalmente para conocer su entorno
natural, intentar descubrir los bellos rincones
que esconde y pasar unos días disfrutando
del sol, el mar y su gastronomía. La información
y reportaje se ha distribuido en las diferentes
áreas costeras sobre las que el mar ejerce
su influencia y una parte de la columna vertebral
de la isla.
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Ésta
comienza en Fort de France y atraviesa zonas selváticas
hasta el monte Pelée, volcán en
activo de extremada influencia en la isla.
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La
primera sorpresa nos la llevamos nada más
bajar del avión y modificó la idea
que teníamos de la Martinica, denominada
también Madinina por los indígenas.
En nuestro desconocimiento, esperábamos
encontrarnos con una isla típica del Caribe,
en lo relativo a sistema político, social
y cultural. Nada más lejos de la realidad,
porque al ser un departamento aunque de ultramar
pero francés, el nivel de infraestructuras
de comunicaciones, entornos comerciales, densidad
de tráfico y demás, nos recordaba
a muchas zonas francesas con sus cuidados jardines,
pero transportados al Caribe. Si a ese saber hacer
que tienen los franceses para adornar su país,
le añades la exuberante naturaleza propia
de la isla, el resultado es una isla jardín
llenas de flores y plantas, muy poco divulgada
desde la óptica turística. Probablemente
los franceses protegen este paraíso y disfrutan
al máximo de su impresionante belleza,
sin la influencia negativa que impregna un turismo
masificado.
Por
otra parte, el nivel de vida es muy elevado lo
que hace que los precios que se pagan en todo
tipo de productos y servicios, sean incluso superiores
a los propios de por sí altos de Francia.
Su
población en un 90% es de color. Aunque
afrancesados en su forma de vida, ya que no se
respira el clásico "ritmo caribeño",
aún conservan una cultura propia y tradiciones
criollas de las Antillas, principalmente en su
música y gastronomía.
Gran
parte de la isla está urbanizada y la red
de carreteras llega a todos los rincones. Parece
increíble que en 65 Kms. de largo por 20
de ancho existan tantas carreteras. En los 10
días que pasamos en la isla recorriéndola
y accediendo a multitud de playas y calas costeras,
realizamos más de 1.500 kms., lo que puede
dar una idea de la cantidad de lugares que se
pueden visitar. No obstante, casi una tercera
parte de la isla es zona de bosques y selva que
comparten terreno con zonas de cultivo. Las franjas
costeras con más extensión cultivan
caña de azúcar, sobre ellas, las
plantaciones de plátano y más al
centro con menor tamaño, las de piña.
En la costa, todavía es posible encontrar
pueblos de pescadores con artes tradicionales.
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Costa
norte Caribe
Costa de aguas tranquilas con playas de arenas
gris y negra. Al norte se encuentran "Anse
Ceron" y Anse Coulebre", donde la densa
vegetación llega hasta las mismas playas,
que con el islote "la Perle" al fondo,
crean unos lugares paradisíacos y típicamente
caribeños. Desde estos lugares parten senderos
que atraviesan toda la costa norte y te permiten
llegar hasta "Grand Riviere".
En esta costa se encuentra Le Pescheur y ST-Pierre,
antiguo centro bucanero con fuerte de armas incluido.
St-Pierre aún conserva un sabor especial
histórico, en su momento fue el acceso
natural de los barcos y capital de la isla.
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de fotos
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Costa
centro Caribe
Dominada por Fort de France, actual capital de
la isla sobre la bahía de Los Flamencos,
es la zona más poblada y de mayor actividad.
Como curiosidades se pueden destacar: El fuerte
de St-Louis, La catedral del mismo nombre, la
biblioteca y el mercado, todo ello situado junto
al parque La Savane, que da un poco de respiro
al asfixiante calor mezclado del alto índice
de humedad.
El área empresarial y los grandes centro
comerciales se concentran en "Le Lamentin",
cerca del aeropuerto y en el que te encuentras
como si estuvieses en Francia, ante las conocidas
marcas comerciales que imperan. Estas áreas
presentan una alta densidad de tráfico
que origina continuos atascos y dificultan los
accesos. Es decir, en el "más estilo
europeo".
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Costa
sur Caribe
Es la zona turística por excelencia. Preciosas
playas, pueblos de pescadores, un mar azul muy
apacible, aguas cristalinas y multitud de calas,
dan belleza a raudales a esta zona.
"Les Trois-Ilets", "Le Diamant",
"Les Anses-D'Arlet" y "Pointe du
Bout" concentran los principales hoteles
y disponen de las mejores infraestructuras para
los visitantes.
Espectaculares los pueblos de pescadores situados
en las calas, donde ver una puesta de sol, tomando
un combinado de buen ron es una auténtica
delicia.
En Les-Trois-Ilets hay servicio de barco que te
lleva a Fort de France, evitando el denso tráfico
por carretera. Junto a este pueblo se sitúa
una zona de manglares que se puede visitar en
barco.
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Costa
sur Atlántico
Muchas y bellísimas playas de arenas dorada
y blanca son la principal característica
de esta costa. Un mar muy azul y suaves olas te
invitan a bañarte y permanecer largo tiempo
dentro del agua, ante la elevada temperatura exterior.
Estas playas aportan uno de los más codiciados
dones, ¡¡¡SOMBRA!!! y por consiguiente
son las más concurridas por los lugareños,
que como siempre ocurre, son los que conocen los
mejores sitios para pasar unas horas disfrutando
de la naturaleza.
Entre las playas cabe destacar "Grand Anse
des Salines", posiblemente la más
bonita de la isla, con la imagen del islote "Le
Diamant" al fondo y las palmeras curvadas
en la orilla.
Varios pueblos de gran belleza, como Ste-Luce,
Le Marin y Ste-Anne completan un entorno ideal
especialmente para los amantes de la navegación.
Gran cantidad de veleros amarrados esperan las
salidas para bucear y pescar.
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Costa
central Atlántica
Esta zona se caracteriza por las numerosas bahías
que se han formado. La acción del viento
la convierte en el paraíso del windsurf
con numeroso lugares en los que practicarlo. La
península de la Caravelle prácticamente
concentra el entorno turístico y la bahía
del Galeón da lugar a un precioso paisaje
poco masificado.
Sobre las amplias laderas del monte Pelée
que caen sobre esta costa se pueden divisar grandes
plantaciones de caña de azúcar y
de plátano.
Le Robert, La Trinité y Ste-Maríe,
son las ciudades más importantes, ubicándose
en esta última una gran destilería
de ron con museo incluido, que merece la pena
visitar.
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Costa
norte Atlántica
Zona escarpada con acantilados que caen al mar
cubiertos de una exuberante vegetación,
conforma un entorno menos turístico y donde
la lluvia es mucho más habitual que en
el resto de la isla.
El monte Pelée preside esta zona desparramando
sus laderas hacia el mar que llegan hasta los
pueblos costeros, Le Lorraine, Basse-Pointe, Macouba
y el singular pueblo de pescadores "Grand
Riviere", lugar de obligada visita en el
extremo norte de la isla. Desde Gran Riviere se
pueden iniciar preciosas excursiones de senderismo,
en las que se puede atravesar todo el frente norte
hasta la playa "Anse Coulebre", orientada
ya al Caribe.
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Sistema
Central
Selva y densa vegetación constituyen el
eje central que transcurre desde Fort de France
atraviesa los " Pitons du Carbet " y
llega hasta el monte " Pelée ",
volcán que continúa en activo y
que es la cumbre más visitada de la isla.
Le Morne-Rouge es el pueblo situado estratégicamente
al pié del Monte Pelée y eje de
carreteras que dan acceso a ambas costas.
La apretada vegetación de algunas zonas
hace recordar a los bosques lluviosos de Costa
Rica, en los que también se tienen diferentes
niveles de ecosistema, cada uno de ellos con su
flora adaptada principalmente al nivel de luz
solar disponible.
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