Última etapa de viajes por este año que la cubriremos por las islas del "Índico", principalmente en "Madagascar" y visitas más cortas a las de "Reunión" y "Mauricio".

El viaje ha sido tranquilo y dentro de los tiempos marcados, aunque con la sorpresa de que a pesar de llegar con adelanto a París, el cambio de terminal en el aeropuerto "Charles de Gaulle" nos llevó mucho más tiempo del esperado, llegando a la puerta de embarque cuando ya estaban subiendo al avión con destino a Isla Mauricio. Más de 1 hora nos llevó ayer el salir del terminal "2G" y entrar en el "2E", tras un arduo camino además bastante mal señalizado para cuando llevas prisa. Tuvimos que salir al exterior, esperar a que llegara un autobús que nos llevaría hasta el el Terminal "2F", desde el que tuvimos que atravesar un largo subterráneo hasta el "2E", para después coger otro tren que nos acercara hasta las puertas "L".

Extraño que en un país como "Francia" no estén mejor comunicados los terminales. Si el avión de "Bilbao" hubiese llegado sin adelantarse a su horario, muy probablemente habríamos perdido el de "Isla Mauricio".

Una espera de 4 horas en este último y menos de media hora de vuelo posterior nos situaba en la isla de "Reunión", que en su aproximación le comentaba a Carmen que me parecía estar aterrizando en el aeropuerto de "Hondarribia", entrando por el mar y dejando a mano derecha las montañas. Ya en el aeropuerto hemos visto que las instalaciones eran muchísimo mejor que las del nuestro y que por el momento ahí acababa el parecido. Pero después de coger el coche que tenía reservado en "Budget" y acercarnos a la ciudad de St. Denis, atravesando centros comerciales como "Carrefour" y otros conocidos, nos ha parecido que volvíamos a estar en casa, pasando la frontera con Francia.

Así que después de 15 horas de vuelos y situarnos en la misma latitud de "Zimbawe", la sensación que hemos tenido ha sido la de no habernos movido del sillón de casa más que para ir a hacer la compra al país vecino, sin cambios de moneda ni idioma. Hasta el hotel en el que estamos llamado "Central", se respira un ambiente tan francés que parece que los clientes, ¡¡¡ pueden arrancarse a cantar "La Marsellesa" en cualquier momento !!!

Una primera impresión que probablemente cambiará a partir de mañana cuando empecemos a visitar la isla.

Con un día espléndido hemos salido a conocer un poco Saint Denis, capital de la isla, acercándonos a un mercado de artesanía, a la Oficina de Turismo y al centro de la ciudad en la que las calles peatonales estaban repletas de comercios de marcas muy conocidas.

Lo que hemos visto no despertaba nuestro interés y enseguida hemos cogido el coche y tomado dirección a la costa noroeste de la isla, en donde se sitúan: La Possession, Le Port y St. Paul, poblaciones con muy poco atractivo y que nos recordaban a cualquiera de las que te puedes encontrar en Francia, con las calles vacías, establecimientos cerrados a la hora de comer y muy poca actividad. Los franceses consiguen allá donde van imponer su estilo de vida y ya lo percibimos en nuestra visita a La Martinica, que a pesar de estar en pleno Caribe, la vida cotidiana incluida la de la gente de color parecía falta del ¡¡¡ ritmo !!! que esperas encontrar en las islas.

Siguiendo por la costa hemos llegado a "St. Gilles Les Bains", viendo la primera playa de arena en la se encontraban algunas personas tomando el sol y que sólo una pequeña zona era apta para el baño, mejorando un poco el paisaje costero.

No obstante, lo verdaderamente importante de la isla son las montañas del interior, por lo que hemos retrocedido hasta "St. Paul" para ascender a un mirador llamado "Cap Noir", desde el que se tiene una bonita vista del "Circo de Mafate", al que volveremos mañana con más tranquilidad por otra ruta que se adentra más en su interior.

Esta parte del día ha sido la mejor y la que ha merecido la pena, porque conforme hemos podido comprobar de vuelta a St. Denis, los atascos en plena autopista en la que circulan miles de coches conseguían que no te olvidaras de que esta isla a pesar de la enorme distancia, pertenece a un país muy civilizado y se rige por las normas occidentales con todas las cosas buenas y malas que conllevan. En resumen, por ahora no hemos conseguido desconectar de nuestro estilo de vida habitual ni de los hábitos tradicionales: Centros Comerciales, autopistas, comida rápida, atascos, etc.

Esta mañana nos hemos trasladado al hotel que reservamos ayer en la costa oeste de la isla, en la población de "Saint Gilles Les Bains", para desde allí dirigirnos al interior hasta un mirador llamado "Le Maïdo" desde el que se debe tener la mejor panorámica del "Circo de Mafate". Pero cuando nos faltaban alrededor de 10 Km. para llegar, una densa niebla nos ha hecho dar media vuelta y dirigirnos de nuevo a la costa en donde brillaba el sol.

Así que sin ver cumplido nuestro objetivo, el día lo hemos pasado en la playa, viendo una preciosa puesta de sol y finalizándolo con una estupenda cena a base de carne de canguro y pollo a la vainilla que tanto se da en la isla. Aunque no solemos prodigarnos en gastar excesivo dinero en platos exóticos, el encontrar carne de canguro, un plato criollo con vainilla propia y cerveza local, nos ha animado a degustar esta cocina autóctona y realmente hemos disfrutado. Solemos probar las gastronomías de los países que visitamos y la de hoy hay que clasificarla como bastante buena.

Mañana nos levantaremos temprano, para subir cuanto antes al mirador de "Le Maïdo" ya que el estar en las primeras horas del día es la única forma de poder ver las preciosas montañas del interior de "Reunión". Conforme transcurre la mañana las nubes cubren por completo los picos y parece ser que la vista que tuvimos ayer al atardecer en el mirador de "Cap Noir" fue cuestión de mucha suerte porque no suele ser muy normal ver el cielo azul a esas horas.

Hoy un cielo azul nos ha despertado y aunque no hemos salido todo lo temprano que queríamos por tener que cambiar de habitación dentro del mismo hotel, lo que nos ha retrasado un poco, partíamos con la vista puesta en las cumbres de las montañas del interior con la amenaza constante de que comenzasen a aparecer las famosas nubes que suelen cubrir el circo de Mafate, por la hora ya avanzada de la mañana.

Pero no ha sido así y el tiempo nos ha respetado la más de una hora que se tarda en recorrer los apenas 35 Km. que hay desde "Saint Gilles Les Bains" hasta "Le Maïdo" donde se sitúa el mirador. Un día ideal para lo que queríamos hacer, el de tener otra perspectiva distinta del "Circo de Mafate", eso sí, acompañados de muchos isleños porque al ser sábado lo han aprovechado para huir del calor de las playas y subir a la montaña a pasar un día más fresco a la sombra de los árboles del Parque Nacional, con sus barbacoas y comidas familiares. La vistas eran muy buenas pudiéndose divisar numerosos pueblecitos perdidos entre montañas y sin accesos aparentes, salvo empinados senderos para ir a pie o utilizar el helicóptero como medio de transporte, como ya hemos visto alguno. Según me ha comentado Carmen que todo lo lee, antiguamente en la época de la exclavitud los que huían se refugiaban en estas montañas con la seguridad de que aquí les dejarían en paz y no irían a buscarlos.

De vuelta a la costa nos hemos dirigido a otra playa distinta a la de ayer, en la que había mucha más gente debajo de los árboles que en la arena, porque el sol abrasaba. Con varios baños, bocadillos y lectura hemos pasado un rato tostándonos hasta volver al hotel y quitarnos el salitre en la piscina.

El atardecer de nuevo ha sido deslumbrante con una puesta de sol que la hemos visto en el mismo sitio de ayer pero que ha sido totalmente distinta con unos colores apabullantes.

Mañana continuaremos bajando por la costa oeste hacia el sur de la isla, haciendo escalas para admirar los pueblos costeros y situarnos en posición adecuada para ascender a primeras horas de la mañana a las montañas y ver los restantes circos existentes.

Cargadas las maletas en el coche hemos tomado rumbo hacia "Saint Pierre", que se sitúa en la parte sudoeste de la isla. Siguiendo las carreteras más pegadas a la costa hemos ido parando en todos los lugares que parecían mostrar algunas bonitas vistas, entre las que algunas playas lucían un entorno con arrecifes que eran más amigables con la fotografía que con el sufrido bañista que no encontraba la forma de adentrarse en el agua para darse un baño, si no era a costa de sufrir las numerosas rocas cortantes y sumergidas en las orillas.

Continuamos sintiéndonos como si estuviésemos en algún pueblo costero de la costa mediterránea francesa, con estupendas carreteras en las que cantidad de ciclistas aprovechan el domingo para salir a circular y hacer un poco de ejercicio. Eso sí, aquí muchos de ellos eran de color, a quienes parece ser que se les ha contagiado el ¡¡¡ amor por la bicicleta !!! tan expandido en Francia.

Un par de horas más tarde llegábamos al hotel reservado en "Le Tampon" cerca de "Saint Pierre", donde hemos dejado el equipaje y vuelto a salir retrocediendo por la costa hasta una playa que nos había parecido bonita en "les Trois Bassins", pero que una vez allí era muy incómoda y sin nada de sombra, teniendo que optar por buscar otra que nos protegiera un poco de fuerte sol.

Mañana subiremos a ver el grandioso "Circo de Cilaos", compuesto: de roca volcánica, profundos barrancos y grandes cañones.

Otro intento frustrado. Nuestra intención para el día de hoy era la de subir al circo de "Cilaos", pero conforme íbamos acercándonos las nubes han cubierto todo el horizonte de forma muy rápida y como no había posibilidad de ver nada, hemos hecho un cambio de planes sobre la marcha, dirigiéndonos a ver la zona sur y costa sudeste de la isla, volviendo por el interior, es decir, rodear de alguna forma el volcán "Piton de la Fournaise" sin la esperanza de verlo, porque las nubes lo impedían, pero al menos aprovecharíamos el día para ver la costa sur.

Con bastante tráfico y atascos al salir de "Saint Pierre" nos hemos dirigido a "Saint Joseph" para subir a un mirador y ver el paisaje, que aunque poco había que ver con las nubes, lo hemos intentado ya que pasábamos cerca. La verdad es que no se ha producido el milagro y la niebla era tan densa que justo se veía el fondo del barranco y nada más.

Continuando por la carretera llegábamos a "St Philippe" en donde la costa nos ha parecido muy bonita y el mar con bastante fuerza. La zona estaba muy cuidada y durante un buen rato hemos paseado por unos pequeños acantilados.

A partir de aquí comenzábamos a ascender por la costa este en dirección norte, encontrándonos con numerosas lenguas de lava que habían caído por la ladera del volcán y en las que unos carteles indicaban las fechas de las erupciones. Hemos visto unas cuantas lenguas formadas a partir del año 2000, lo que indica la gran actividad de este volcán, que cada 2 o 3 años avisa de su existencia. En algunos lugares cercanos a la carretera se podía ver como salía todavía humo del subsuelo.

Después de esta zona de lava, el verdor de la vegetación a vuelto con un cambio brusco del paisaje en el que bosques y cascadas volvían a aparecer como por arte de magia.

Llegado "St-Benoit" hemos abandonado la costa internándonos en la carretera que rodeando el volcán vuelve a "Le Tampon", lugar en donde tenemos el hotel. El tiempo continuaba nuboso hasta que a determinada altura hemos remontado la niebla y recorrido un altiplano en el que lucía el sol, animándonos a acercarnos hasta el volcán para enterarnos de hasta donde podremos llegar en coche y cuanto debemos hacer a pie. Pero un incendio en una granja en el que la policía y los bomberos trabajaban apagando las llamas nos han impedido continuar, aunque un amable gendarme nos ha explicado que deberemos hacer unos 10 Km. a pie si queremos situarnos en el cráter.

Ya veremos como se presentan los días siguientes y decidiremos si subimos hasta arriba. La climatología es tan cambiante en poco tiempo que es aconsejable funcionar sobre la marcha. Hoy el cambio de planes nos ha salido bien y hemos podido disfrutar de un día agradable.