Hemos iniciado la última etapa del año 2010 que teníamos programada, esta vez con un país único Brasil, ya que sus dimensiones requerían dedicarle un tiempo importante.

Salíamos de Biarritz para trasladarnos a París y desde allí volar con la aerolínea brasileña "TAM" que nos interesaba utilizar porque ofrecía además un bono de vuelos domésticos en Brasil que también hemos cogido.

Cuando nos trasladábamos a Biarritz ya nos han surgido un par de problemas que podrían habernos dificultado coger el vuelo, de una parte el viento sur con fortísimas ráfagas intermitentes, y de otra, un accidente cerca de la frontera con Francia que nos ha obligado a abandonar la autopista y meternos en los grandes atascos que sed han originado. Como ya tengo por costumbre, había hecho el "chek-in on line" por Internet y eso nos ha dado un colchón de tiempo extra para llegar a la hora de embarcar.

Por lo demás el viaje ha sido bueno, incluso pudiendo dormir una horas en el vuelo y llegando de madrugada a Río de Janeiro y trasladándonos a el hotel que tenía reservado y que de entrada nos ha parecido no muy recomendable a excepción de su ubicación cerca de la playa de Ipanema.

Nuestro primer día en Río de Janeiro ha transcurrido entre: la zona centro, donde se concentran los comercios ya que necesitábamos una agencia de viajes, y la zona sur, con las playas de Ipanema y Copacabana.

Por la mañana hemos intentado coger el "Metro" pero al entrar en la estación un vigilante jurado nos ha dicho que no funcionaba en ninguno de los recorridos, por lo que hemos tenido que enterarnos del funcionamiento de los autobuses y el número a coger. La versión popular sobre el porqué de que no hubiera "Metro" era de que, como había habido elecciones y el gobernador había sido reelegido, junto a que el "Metro" debía mucho dinero a la compañía eléctrica, ésta había decidido cortarles el suministro eléctrico. Por otra parte, los bancos estaban en huelga, lo que ha originado que nos haya costado bastante sacar dinero de un cajero automático, ya que no estaban operativos muchos de ellos.

Teníamos intención de gestionar unos billetes de avión para ir a la isla de "Fernando de Noronha", lo cual, había dejado para hacerlo aquí porque los precios que me salían en Internet eran muy altos. Pues bien, después de estar en varias agencias y de ver otras alternativas de hacer un crucero, hemos decidido olvidarnos de visitar la isla por esta vez, ya que los precios que me han dado eran todavía muy superiores a los que yo ya tenía.

Después si hemos podido coger el "Metro" en el centro para desplazarnos a Ipanema, por lo que han debido de pagarles alguna factura a los de la electricidad o han llegado a algún tipo de acuerdo. Nos han sorprendido agradablemente las instalaciones y aunque hay pocas líneas, estas se concentran en las zonas más concurridas por lo que es mejor opción que el autobús, al menos para nosotros.

La playa de Ipanema nos ha decepcionado, tal vez por ser lunes había poca gente y no hemos podido comprobar en toda su magnitud la fama que le precede de estar plagada de chicas curvilíneas y musculosos machacas, salvo algún que otro grupo pequeño. La realidad es que corría una brisa bastante fuerte y no apetecía demasiado el baño. Por otra parte, la playa de Copacabana nos ha gustado más, con un paisaje de islas, el "Pan de Azúcar" y un agradable paseo donde tomar excelentes "caipirinhas".

Nuestra primera cena ha sido de gastronomía local, una "Feijoada, carne estofada en manteca, frijoles, arroz, verduras, etc." con la que nos hemos confundido en la hora de comerla, porque por su lenta digestión había que haberla hecho al mediodía.

Mañana continuaremos visitando esta ciudad a la que la naturalezale ha dotado de unos magníficos paisajes y que el ser humano parece empeñado en afear, con la construcción de altos y horribles edificios de cemento al estilo de los años 60.

Hoy si hemos visto el Río de Janeiro de las revistas turísticas con imágenes realmente espectaculares.

Ha salido una mañana bastante gris por lo que hemos decidido dejar para otro día los "mirantes", como se dice aquí a los "miradores" y que son las estrellas de las atracciones a visitar. Así que siguiendo las indicaciones del GPS de mano que sólo me indica distancias en línea recta a los destino que previamente he referenciado, hemos emprendido el camino al lago de "Rodrigo Freitas" que distaba a 1,5 Km. Pues bien, después de andar bastante y viendo que no se reducía la distancia de forma apreciable, hemos preguntado por el camino más corto para llegar, con el resultado de que entre donde estábamos y el lago había una colina bastante alta sin acceso, lo que obligaba a dar un rodeo que multiplicaba la distancia. En ese momento el cielo se estaba limpiando por lo que cambiando de planes, hemos subido en un autobús con destino al "Pan de Azúcar" dejando para después el lago e intentando aprovechar el buen tiempo que se presentaba.

El "Pan de Azúcar" es tal como me lo imaginaba o mejor aún. Tiene uno de los paisajes más preciosos de los que yo he visto y más completo, ya que los 360º que cubre son espectaculares y diferentes. Por todos los lados las vistas que se tienen de la costa y del interior son bellísimas y hasta el "Corcovado" con su "Cristo Redentor" que hoy estaba cubierto, a veces se abría presentando una imagen flotante.

Después de pasar un largo rato disfrutando de las vistas y de pagar un ¡¡¡ dineral !!! por subir en el teleférico, hemos cogido un Metro que nos ha llevado al final de la playa de Ipanema, desde donde si hemos accedido al dichoso lago y que realmente no era tan precioso como pensábamos.

La cena la hemos realizado en un restaurante de Copacabana muy animado de clientes, a base de platos de ¡¡¡ pinchos típicos !!! que desde luego no estaban a la altura de los que tenemos en casa, pero eso sí, después de tomar una maravillosa caipirinha en el paseo de la playa, de una calidad que en Donosti no se consigue.

Si mañana sale buen día tenemos intención de subir al Corcovado a disfrutar del paisaje mítico y estandarte de Río de Janeiro, y supongo que previo pago de otro dineral por subir.

Hoy ha sucedido lo contrario de ayer con el tiempo. Ha amanecido un día estupendo que nos ha animado a visitar Corcovado y su famoso "Cristo Redentor", pero para cuando hemos llegado a la cima unas nubes altas inundaban todo el paisaje, restando espectacularidad al paisaje.

Es curioso que la mayoría de la multitud de personas que allí estábamos se preocupaban especialmente de sacarse fotos frente al "Cristo Redentor" imitándole con los brazos extendidos y lo que menos parecía interesarles era el paisaje, que a pesar de no contar con las mejores condiciones climatológicas seguía estando muy bonito.

Hemos tardado cerca de 3 horas en llegar desde el hotel que sólo estaba a 5 km, pero el Metro no llegaba hasta allí y hemos cogido un autobús de línea, con el que hemos ido ¡¡¡ cabalgando !!! por llamar de alguna forma a los tirones y frenazos que daba el conductor.

La subida al Corcovado la hemos realizado en un tren de cremallera que se paraba continuamente, de ahí que al final hayamos tardado tanto que hemos perdido el día soleado. Pero como hay que ver siempre ¡¡¡ la botella medio llena !!! por eso del optimismo, podríamos decir que hasta hemos tenido suerte porque cuando nos marchábamos ya empezaba a llover, así que no nos podemos quejar mucho.

Por la tarde y al más puro estilo de Lisboa hemos subido en un tranvía por estrechas calles hasta el barrio de Santa Teresa, situado en una colina y copado actualmente por intelectuales, artistas y como no, por un rosario interminable de tiendas para turistas a quienes encajar las obras realizadas y que pienso pertenecían a esta ¡¡¡ clase trabajadora !!!.

Mañana cogeremos el coche de alquiler que tengo reservado en "Avis"para dirigirnos a la montaña interior y visitar Teresópolis y Friburgo. Me encanta el sistema que tiene Avis en muchos países, que te permite reservar el modelo de coche que quieras a un precio que se fija en ese momento y sin pago previo ninguno. De forma, que si por lo que sea hay cambio de planes y ya no te interesa alquilarlo, puedes cancelar la reserva sin ningún coste, ya que en ningún momento aportas los datos de la tarjeta de crédito, antes de recoger el coche.

Hemos recogido el coche en el aeropuerto de vuelos domésticos "Santos Dumont" porque lo devolveremos allí mismo cuando volemos a Belo Horizonte. Un pequeño coche sin aire acondicionado, cosa extraña que existan todavía aquí con el calor que suele hacer, pero como íbamos a la montaña y el tiempo ha refrescado, no lo hemos echado en falta.

Siguiendo los planes que teníamos de hacer la ruta panorámica llamada "Terefri" que une Teresópolis con Nova Friburgo, hemos recorrido los 100 Km. distantes de Río de Janeiro con dirección al interior, donde se sitúa ambas poblaciones. Es una ruta de cerca de 70 Km. de verdes valles rodeados por preciosas montañas y con acceso a algunas cascadas y a muchos restaurantes de gastronomía local.

Unos cuantos miradores te permiten contemplar montañas con formas a las que ya les han puesto nombre como:

" El dedo de dios" aunque para mí el de "dedo de E.T." hubiese sido más fiel a la realidad

" La mujer de piedra" una curiosa y bonita composición de diferentes montañas

En cuanto a la gastronomía hay que decir, que desde que estamos en Brasil los platos que comemos han sido ¡¡¡ muy copiosos!!! tanto al mediodía como a la noche, así que ya nos hemos acostumbrado a pedir compartidos: 1 ensalada y 1 plato principal para los dos, y aún nos suele sobrar. Este sistema de compartir parece ser muy habitual aquí, porque sin tener que reclamar platos vacíos, siempre nos han servido adecuadamente y nos permite abaratar el precio de la manutención que en principio nos parece bastante caro.

Para dormir hemos vuelto a Teresópolis, a un antiguo y lujoso hotel llamado "Varzea palace" en clarísima decadencia pero muy bien situado y con aparcamiento incluído a un precio ¡¡¡ razonable !!! aunque no muy barato y que venía en la guía Lonely Planet.

En definitiva, un bonito día diferente a los anteriores disfrutando de un excelente entorno y escapando de la multitud de gente de Río de Janeiro.

Con un día lluvioso, hemos salido dispuestos a conocer los alrededores de Teresópolis, subiendo a un mirador desde el que parecía poder verse tanto el valle como la montaña que lo rodea. La niebla nos ha impedido disfrutar de la vista y hemos descendido hasta un lago en el que había un centro de entrenamiento para deportistas y que ha resultado ser donde la selección brasileña de fútbol se concentra antes de sus compromisos deportivos.

Terminada la ronda de visitas nos hemos puesto en camino volviendo a Río de Janeiro, donde el tiempo había mejorado algo. Después de dejar el equipaje y el coche en el hotel, porque dentro de la ciudad es desesperante conducir por los atascos y con el añadido del problema de aparcamiento, hemos cogido el Metro para ir a la zona de Botafogo, donde en un centro comercial hemos comido unas ligeras ensaladas que nos han salido a ¡¡¡ precio de besugo !!! Me imagino que el tema de los precios tan elevados será porque estamos en Río de Janeiro y que en otros lugares se reducirán, aunque no lo hemos notado en Teresópolis. Nos ha causado una gran extrañeza el resultado de comparar precios de mismos artículos de marcas conocidas con respecto a nuestro país, preguntándonos que sueldos tendrá aquí la clase media para poder llegar a fin de mes con este alto coste de vida. Hasta el transporte urbano tiene un coste excesivo.

A continuación nos hemos dirigido a la zona de Leblon, en autobús y no en Metro por la siguiente razón: como la cobertura de éste es reducida porque sólo hay 2 líneas y con precio único, después debes de coger un autobús llamado "Metro de superficie" con otro coste adicional.Si bien hay bonos conjuntos para ambos, el coste final se incrementa notablemente, por lo que es preferible ir ¡¡¡ cabalgando a galope tendido !!! en los autobuses urbanos porque también tienen billete único con coste independientemente del trayecto.

Leblon es la zona de clase acomodado, situada al final de la playa de Ipanema, aunque todos los edificios que he podido ver en Río de Janeiro son feísimos y atentan contra el bellísimo entorno natural. Es una auténtica pena, porque con sólo haber tenido un poco de cuidado en la arquitectura, esta ciudad hubiese podido ser un auténtico paraíso urbano.

Mañana tomaremos un vuelo a Belo Horizonte para conocer otra de las zonas interesantes de Brasil.

Aunque el viaje en avión ha durado escasamente 1 hora, poco hemos podido aprovechar el día de hoy. El vuelo ha salido a mediodía y era el primero de un bono de 9 vuelos interiores que tenemos con la aerolínea brasileña "TAM". Como hoy era domingo, Belo Horizonte estaba muy vacío y todo estaba cerrado incluídos la mayoría de los restaurantes.

En el aeropuerto "Tancredo" hemos cogido el coche reservado que teníamos y por una buena autovía y con algunos problemas resueltos con un ¡¡¡ reseteo !!! a el nuevo Gps de TomTom que tengo, hemos llegado al hotel "Metropole" y que tampoco cumple al igual que los anteriores con la relación precio/calidad a la que estamos acostumbrados en todos nuestros viajes por otros países. Viendo su web nadie creería lo que he dicho, pero éste es puro diseño gráfico de las páginas y no en la realidad, aunque todo hay que decirlo su ubicación es muy buena, en pleno centro de Belo Horizonte.

Por la tarde hemos salido a dar una vuelta por los alrededores y por primera vez en Brasil hemos visto un número bastante alto de indigentes tumbados por distintas calles, lo cual, nos ha extrañado bastante porque en Río de Janeiro no lo apreciamos, con todo lo que se ha escrito de esta ciudad.

Por otra parte, lo poco que hemos andado por un parque y algunas avenidas, nos ha aconsejado volver al hotel nada más cenar y a hora temprana, aparcando el coche en un estacionamiento cerrado y cubierto. Ante la sensación de que esta ciudad en la que habitan 2.500.000 personas, no nos aportará nada especial, adelantaremos a mañana la marcha a otros pueblos de la región de "Minas Gerais", entre los que destaca la ciudad colonial de "Ouro Prêto", porque seguro que son más pequeños y mucho más agradables de transitar.

Como nos quedaba por organizar una parte del viaje al decidir abandonar la visita a la isla de Fernando de Noronha, henos barajado algunas alternativas acordando finalmente volar unos días antes de lo programado a Salvador de Bahía, porque esa parte de Brasil tiene varios puntos de interés, incluyendo un par de parques naturales y podremos aprovechar mejor el tiempo disponible.

He intentado coger los billetes por Internet en "Voegol" que era la aerolínea que mejor precios me daba, pero al intentar pagar con la tarjeta me era rechazada porque pienso que no admitía tarjetas internacionales. Por otra parte, como teníamos intención de ir hacía el norte para visitar la cueva del "Rey do Mato" y el aeropuerto nos pillaba más o menos de camino, nos hemos acercado a la oficina de "Voegol" que era el único sitio donde había, para cerrar la compra y tener asegurado el billete.

Cuando hemos llegado a la cueva ya era hora de comer y después de esperar un rato a un guía porque no nos dejaban entrar solos, nos hemos integrado en un grupo de portugueses por lo que no nos hemos enterado de las explicaciones que daba el guía, aunque tampoco le prestábamos atención porque carecía de interés para nosotros todo lo que veíamos.

Por la tarde hemos tomado dirección a Ouro Preto, calificada como la ¡¡¡ joya de la corona !!! de la arquitectura colonial portuguesa en el siglo XVII, llegando cuando anochecía y recorriendo varias ¡¡¡pousadas!!! hasta conseguir una habitación, lo cual nos ha costado bastante. Este pueblo está considerado el 3º destino turístico de Brasil, por lo que había mucha gente por todos los sitios.

Así que lo único que hemos hecho hoy ha sido transitar por amplias carreteras pero con un piso muy deteriorado, un denso tráfico rodado con velocidades que en todo momento rebasaban los límites autorizados y sin apreciar en el paisaje nada que se pudiera considerar de interés.

Mañana recorreremos Ouro Preto que de entrada nos ha parecido sorprendente por la cantidad de iglesias y edificios coloniales que se extienden a lo largo de un empinado trazado de calles.

A lo lago de toda la mañana hemos estado recorriendo la empinada y empedrada colina de Ouro Preto disfrutando de su arquitectura colonial. Numerosas iglesias encaramadas en el paisaje, junto a unas cuidadas casas que conservan el estilo portugués del siglo XVIII, conforman un entorno único en este país. Cuando las explotaciones mineras introdujeron a esta ciudad en la "Ruta del Oro" en su transporte hacia la costa, adquirió una gran importancia desarrollándose económicamente y dejando para la historia un bello conjunto de construcciones que nos recuerdan su época de esplendor.

Cuando hemos ido a coger el coche para dirigirnos a la población de Mariana, éste se ha negado a arrancar. Después de múltiples intentos y pareciendo que todo estaba correctamente nos hemos dirigido a una gasolinera que estaba cercana para ver si me podían echar una mano. Los empleados muy amables tampoco han conseguido arrancarlo por lo que hemos optado por llamar a la asistencia de "Avis". Ellos mismos se han ocupado de explicar el problema al servicio técnico porque en esta zona el idioma es muy cerrado y no conseguimos entendernos lo suficiente como para hablar por teléfono.

Después de una hora ha aparecido un mecánico quien después de hacer varias revisiones ha conseguido arrancarlo. Como estos coches funcionan de forma indistinta con etanol y gasolina, el frío de la noche ha obligado a arrancarlo con gasolina, si bien he entendido que había un sistema automático que cambiaba de combustible, sin tener que hacer nada, por lo que pienso que el problema estaba en dicho sistema. Le he preguntado como resolver el tema si me volvía a suceder al día siguiente y me ha enseñado una forma de hacerlo, en base a encender el motor y apagarlo 3 veces seguidas sin arrancarlo. Me ha sorprendido que en la gasolinera no conocieran esta solución cuando la mayoría de los coches funcionan así en este país y esta es una zona zona montañosa y fría. No obstante espero que mañana arranque sin problemas.

Hemos podido continuar visitando Mariana, otra población al estilo de Ouro Preto pero más pequeña y más cómoda de recorrerla. El coche por su parte no ha vuelto a dar problemas y nos hemos acercado a Santa Bárbara, otro pequeño pueblo no colonial pero que está cerca del parque natural de Caraça, en el que debe quedar vida salvaje en la forma del "lobo de crin" y en donde mañana queremos dar una vuelta por paisajes naturales.

A pesar de que el coche había dormido en garaje cerrado, esta mañana nos ha vuelto a dar problemas para arrancar. Además tampoco ha hecho frío por la noche, por lo que ya no estoy seguro del problema, pero el caso es que después de repetidos intentos con el sistema que me comentó ayer el mecánico, el coche ha terminado arrancando. Lo que está claro es que el frío tiene algo que ver con el combustible etanol, porque el resto del día se ha comportado bien y la batería por su fuerte sonido al intentar ponerlo en marcha no parece que esté baja de carga. Pienso que el combustible etanol no aporta la energía necesaria al motor para arrancar en cuanto la temperatura ambiente baja de los 10 º y el coche lleva unas horas parado, por eso cambia automáticamente al arranque con gasolina, aunque en este coche algo no le va bien.

Por otra parte, los mapas TomTom que compré de Brasil no tienen todas las carreteras y concretamente en esta zona el Gps se vuelve loco diciendo que cojas carreteras que no existen y no encontrando las que realmente hay. O sea, que los viajes, entre el coche y el Gps, son una aventura que no sabemos muy bien como van a terminar, aunque por el momento al final controlamos la situación y hemos llegado sin novedad a donde hemos querido.

Por la mañana nos hemos acercado al parque natural de Caraça con un tiempo bastante malo y lloviendo a ratos. No nos hemos atrevido más que hacer una caminata corta hasta una pequeña cascada, porque el tiempo presentaba malos augurios y ha llovido con más fuerza cuando ya nos marchábamos en coche. En Caraça hay una iglesia con hospedaje para que por las noches puedas esperar sentado a que aparezcan los "lobos de crin" porque el cura les ha acostumbrado a bajar para comer. Desconozco por otro lado si ello se debe a una labor de acercar al hombre a la naturaleza y a los animales en un parque natural por parte del cura, o si bien obedece más a un espíritu más comercial de cubrir las plazas hoteleras de la posada, porque se aprecia un importante complejo turístico detrás de todo ello, con centro de visitantes incluido y la visita exclusivamente nocturna de los lobos, que no durante el día, lo cual obliga a pernoctar allí.

Nuestro siguiente destino ha sido Sabará, que en su día fue el más importante centro minero de extracción de oro de Brasil y que aún conserva alguna arquitectura colonial al igual que el resto de poblaciones por las que hemos pasado en la llamada "Estrada Real". Nos hemos hospedado en una bonita posada llamada "Solar dos Sepúlvedas" con ascendientes oriundos de Segovia, según me ha contado la dueña.

Mañana abandonaremos la región de "Minas Geiras" para visitar Brasilia cambiando la arquitectura colonial por otra mucho más vanguardista.

Todo el día de hoy lo hemos dedicado a trasladarnos a Brasilia. Nos habían cambiado el vuelo a uno que salía a las 6:00 de la tarde y el coche debíamos entregarlo en el aeropuerto a las 12 del mediodía, por lo que nos quedaban muchas horas de espera y nos hemos tenido que resignar. Pero cuando hemos ido a facturar las maletas muy temprano porque queríamos quitarnos el peso de llevarlas de un lado para otro, nos han ofrecido la posibilidad de viajar antes adelantando la hora final de llegada a Brasilia, eso sí, haciendo una escala de 2 horas de duración y cambio de avión en Sao Paulo.

Hemos aprovechado la ocasión y al final hemos llegado a Brasilia a la misma hora que hubiésemos llegado de haber realizado el viaje en nuestro vuelo original. Nos hemos trasladado al hotel en un taxi cuyo taxímetro corría subiendo el precio a una velocidad increíble. Carmen y yo nos mirábamos atónitos, pero menos mal que cuando hemos llegado a la ciudad, ha bajado el ritmo de los saltos y en los semáforos prácticamente se paraba. Parece ser que la velocidad a la que se va marca al taxímetro los espacios de tiempo, así que en la autopista realmente asustaba la rapidez de los saltos y como todo en este país nos parece caro, el tema del taxi lo usamos cuando no hay ninguna otra alternativa y ya no sabíamos lo que nos iba a costar la broma. Al final la carrera de 12 Km. nos ha costado unos 25 € que ya está bien, porque no habremos tardado en llegar más de 15 minutos por una autopista sin peaje.

Sin embargo, el hotel "Sonesta" que tenía reservado a través de "Agoda " ha resultado ser una maravilla, tanto por su ubicación como por la calidad de las instalaciones. No sé realmente el motivo pero los precios que figuraban en el lobby eran casi 4 veces más que los que yo he pagado, incluso me ha resultado más barato que la mayoría de las posadas que hemos utilizado en días anteriores y como vamos a pasar 3 noches hay que decir que hemos tenido suerte. Sigo sin entender el tema de los precios en este país.

Como aquí anochece muy temprano, no nos ha dado tiempo más que para acercarnos a un centro comercial y cenar, dejando para mañana la visita a la ciudad.

En resumen, clásico día de viaje poco aprovechado pero necesario para cambiar de ambiente, de región y poder ver otras cosas diferentes de Brasil.

Brasilia que este año cumple su 50 aniversario fue el estandarte de Brasil de cara al futuro en su momento. Cuando yo era un chaval, en el colegio nos hablaban de este proyecto de ciudad de futuro y me había forjado un gran interés. Como era natural por mi edad siempre estaba dispuesto a que lo que veía en las películas de ficción se hiciese realidad.

Hoy me he podido dar cuenta de que por mucho que se intente, nunca se acierta con la evolución que se produce por mucha imaginación y buena voluntad que se ponga. En los años 60 cuando se fraguó este proyecto, el coche era el protagonista de nuestra vida y esta ciudad se construyó bajo ese prisma. Inmensas avenidas de varios carriles por cada lado, enormes zonas verdes, una cuidada planificación organizativa de servicios: todos los hoteles juntos, la actividad comercial sólo en bloques de centros comerciales, los restaurante exclusivamente dentro de los mismos. Como es una ciudad puramente administrativa, las dependencias de los ministerios todos iguales y perfectamente alineados y como punto discordante, los teatros, museos, palacios e iglesias, repartidos por la denominada "Esplanada" con edificios de arquitectura vanguardista para su época, pero muchos de ellos realizados con materiales de poca calidad y que en la actualidad se hallan ¡¡¡ un poco desconchados !!!

Todo esta planificación urbanística a mi entender ha conseguido una ciudad despersonalizada y poco agradable para vivir, donde en todo momento estás pendiente del coche para poder hacer algo. Había leído que es la ciudad donde mejor puedes conducir tu automóvil, pero no había oído hablar de que también es la peor para el peatón. Con muy pocas aceras y sin "pasos de cebra" y cuando encuentras uno es como el de la foto, que no lleva a ninguna parte

Cruzar las avenidas es un auténtico riesgo de atropello, porque como es natural, los coches sin semáforos que los retengan alcanzan elevadas velocidades, teniendo que correr para tener tiempo de cruzarlas y debiendo sortear los coches al puro estilo de las calles de El Cairo, Yakarta, Manila y otras de similares características, pero todavía peor por su enorme anchura ( 6 carriles por cada dirección ).

Por otra parte, una ciudad con tan grandes espacios requiere de unos costes de mantenimiento que difícilmente ningún ayuntamiento puede costear, si se quiere que estén con un mínimo de limpieza y calidad, dándose situaciones curiosas como la que se ve a continuación en la que parece que el encargado de pintar el pretil no estaba de acuerdo con el trabajo a realizar y como protesta había dejado su ¡¡¡ huella profesional !!! en el paisaje.

En definitiva, una curiosa ciudad que parece una galería de arte en la que se muestran obras de diseño arquitectónico vanguardista y opuesta totalmente a las tendencias actuales de planificación urbana en las que se busca: comodidad para el transeunte, servicios cercanos y personalizados, eliminación del uso del coche en las vías urbanas, transporte colectivo ágil, zonas de esparcimiento, etc.

Un revés para mi ilusión de ver la ciudad modélica de mis años jóvenes, que según parece fue diseñada en el interior de los estudios de arquitectura y exclusivamente sobre el papel y como éste en principio los soporta todo, el resultado final ¡¡¡ es el que es !!! No obstante, también es cierto que ya no se habla de esta ciudad como algo a tener en cuenta de futuro y si de Brasil como país emergente.

Hoy hemos recorrido otra zona distinta a la de ayer, dándonos una gran paliza de andar. Como es sábado y la gente no trabaja, si ayer había poca gente andando por la calle, hoy estaban totalmente vacías, con el consiguiente problema de que el transporte de autobuses también se ha reducido por lo que el servicio estaba limitadísimo.

A pie nos hemos dirigido a la primera visita que ha sido el "Santuario de Dom Bosco" situado a un par de kilómetros del hotel y que tiene unas preciosas vidrieras azules de múltiples tonalidades que crean un entorno de luz bellísimo. Después atravesando el "Parque de la Cidade" en el que había multitud de gente practicando deporte y otras actividades lúdicas y en el que nos han avisado que íbamos por una carretera de bicicletas y que mejor nos apartáramos marchando por la hierba, hemos llegado después de otros 2 y 1/2 Km. al "Memorial JK", creado en honor del presidente de Brasil " Juscelino Kubitschek" que promovió la creación de Brasilia.

Antes de entrar en el parque y mientras caminábamos por unas calles vacías, hemos tenido la suerte de encontrar un "paso de peatones" y la sorpresa ha sido el ¡¡¡ mensaje oficial !!! que formaba parte de las rayas blancas. Ello da una idea de lo que comentaba ayer sobre la nula importancia que tiene la persona que circula andando y lo pocas que deben ser, porque de otro modo no se explica esto. Me imagino un amotinamiento en mi ciudad si al responsable de tráfico se le ocurriera hacer lo que aparece en a fotografía.

El sol calentaba de lo lindo y realmente el memorial no merecía el esfuerzo del haber ido hasta allí bajo el sol machacante, pero por lo menos hemos podido coger un autobús de vuelta que nos ha llevado al único destino que parece ser hoy tenían, a la estación central de autobuses o "Rodoviaria" como se llama aquí.

Desde allí y en otro autobús hemos conseguido llegar hasta el "Puente JK" que tiene unos arcos instalados en unas posiciones que dan una curiosa forma geométrica al puente en función de la posición desde la que se mire.

Para comer ha sido necesario entrar en un centro comercial y allí estaba toda la gente que faltaba fuera en la calle. Muchos restaurantes de comida rápida servían platos a diestro y siniestro y luego no tenías donde sentarte porque todo estaba ocupado. Largos paseos por el patio de comidas bandeja en mano a la caza de una mesita donde poder descargarla y comértela lo más rápido posible, que por otro lado es una ¡¡¡ lógica situación para este sistema de vida !!!

Mañana nos iremos a Manaos para visitar el Amazonas y esperamos volver a una civilización más normal, donde puedas pasear por la calles, entrar en las tiendas, sentarte en un restaurante y poder comprar una bebida cuando tengas sed, sin tener que ir en un autobús un par de kilómetros hasta un centro comercial.

En definitiva, si ayer pensaba que se habían equivocado con la planificación de esta ciudad, hoy aseguro, después de acabar derrengado de andar, correr cruzando avenidas y comer basura de forma apretada, que esta ciudad es la antítesis de lo que debe ser una ciudad modélica de nuestro tiempo. Y lo mismo deben pensar las grandes marcas internacionales presentes en todas la capitales del mundo, porque aquí no he visto a: Zara, Boss, Armani, etc.

El siguiente reportaje de fotografías puede dar una idea equivocada de lo que he escrito anteriormente, pero debo decir que con los retoques oportunos, la experiencia de haber sacado miles de fotografías en Viendomundo, y la inestimable ayuda de Photoshop que hace maravillas para camuflar defectos, se consiguen fotos que pueden distorsionar la realidad.

Otro día en el que hemos tenido que volar para cambiar de estado y acercarnos al río Amazonas. Hemos utilizado el bono de vuelos interiores con la aerolínea "TAM", que parece que tiene una guerra particular con los que gestionan las pantallas de los aeropuertos, porque en más de una ocasión no concordaba las puertas de embarque con las que aparecían en el billete, aunque siempre se ha arreglado a última hora cambiando las pantallas de buenas a primeras por lo real, pero causando gran desconcierto por parte de todos los pasajeros que esperábamos en la puerta.

Aunque el viaje ha durado cerca de 3 horas, el adelanto de reloj por cambio del "uso horario" nos ha permitido visitar una parte de Manaos por la tarde, después de haber contratado un viaje por el río Amazonas y la selva de 2 días que iniciaremos mañana mismo.

Nada más llegar al hotel reservado "Central Hotel Manaus" nos han facilitado información de tours al río a través de la agencia "Amazon C. Tour" dirigida por el atento Cristovâo de origen alemán, que lleva más de 30 años organizando viajes, escribiendo algún que otro libro sobre el tema y hablando con sus clientes en varios idiomas.

También nos ha aconsejado lo que podíamos hacer esta tarde ya que al ser domingo estaba todo cerrado en Manaos, así que amablemente nos ha acercado a un zoo regido por militares que quedaba de camino a "Ponta Negra", lugar de ocio de fin de semana para los brasileños.

El zoo que ya sabíamos que despertaría poco interés para nosotros, tenía una pareja de pumas negros que era lo mejor del parque y con gran espacio para moverse, mientras que otros animales prácticamente estaban encajonados en pequeñas jaulas.

Después hemos cogido un autobús hasta la playa de Ponta Negra, donde hemos podido comprobar la blancura de su arena a orillas del río Negro, afluente del Amazonas. Por primera vez en este viaje, hemos saboreado el jugo de coco sentados como cualquier brasileño más, sentados en un puesto callejero hasta que hemos cogido un autobús de vuelta a Manaos y ha empezado a descargar la lluvia una tormenta que ya veíamos que se acercaba.

Mañana iniciaremos el verdadero objetivo de visitar el río Amazonas al igual que hicimos en Iquitos (Perú) y comprobar si realmente es como dicen: mejor y distinto que aquél. Diferencias referidas a flora y fauna de sus afluentes: ríos negros de aquí y los blancos de allí.

Después de formar un grupo con 5 jóvenes arquitectos argentinos con los estudios recién terminados, 1 joven y muy educado brasileño de San Paulo, y 1 alemán que hablaba bastante bien portugués, hemos salido en una motora rápida en dirección al río Amazonas desde su afluente el río Negro que es el que pasa por la ciudad de Manaos, para ver primero unas enormes plantas acuáticas y después el "encuentro de las aguas". Acción de integración en la que durante varios kilómetros ambos ríos transcurren en paralelo, con una raya divisoria en la que se aprecia como parece no querer mezclarse la aguas blancas y negras de ambos.

Desde allí tomando dirección a la costa atlántica hemos retornado pasando de nuevo por Manaos y continuado por el río Negro hasta el campamento que serviría de base para nuestras excursiones por la selva. el cual ha resultado ser un precario "lodge" sin nada de electricidad y que estaba medio partido en dos, porque entre que: el río estaba tan bajo, los troncos de madera sobre los que se sustentaba era viejos y una parte del "lodge" tocaba tierra y la otra agua, la inclinación que tenía obligaba a dormir desnivelados y en sólo una parte de la estancia, quedando la otra inutilizada. Nos ha sorprendido su estado porque una vez más aún siendo una de las opciones más baratas que había, el precio pagado exigía mucha más calidad.

Después de comer un poco de arroz y un pez de la zona, hemos tenido la actividad de "pesca de pirañas". Con un muy buen ambiente porque todo el grupo era excepcionalmente alegre y con muy buen humor, nos hemos situado en una rocas dispuestos a que no quedase ninguna piraña por la zona. Bien, pirañas no hemos visto ni una, pero lluvia sí y mucha, porque durante 15 minutos ha caído un aguacero torrencial que casi nos ahoga. Nosotros gracias a que llevábamos las capas de agua en la mochila, las cuales, ya se pueden considerar amortizadas, nos hemos librado de la empapada, pero otros no han tenido la misma suerte. En cualquier caso, la ilusión de pescar y el buen humor no se perdido ni un ápice y muchos han pescado otro tipo de peces. Hasta Carmen ha pescado uno, el cual, ya había sido capturado por el alemán varias veces, pero como no servía para comer, lo devolvía al agua y éste parecía empeñado en salir de ella.

Ante el fracaso con la pesca y como alguien tenía que pagarlo, el grupo de argentinos le ha puesto al guía, un sonriente chaval de la zona, el sobrenombre del ¡¡¡ El señor de las pirañas !!! haciéndole ver entre bromas que todo lo dicho de las pirañas del amazonas, o bien era un cuento o él un incompetente, lo que él con una sonrisa permanente parecía no darle importancia. Entre bromas hemos tenido una preciosa puesta de sol en la que el río se ha tornado de color oro, lo que unido a la paz reinante en el entorno, nos han aportado esas agradables sensaciones que sólo se disfrutan en contadas ocasiones.

Después de cenar, de nuevo hemos embarcado para una excursión nocturna, esta vez a la caza del jacaré, caimán, cocodrilo o lo que se pusiera por delante. Hemos tenido suerte de encontrar una pequeña cría de jacaré, que le ha servido al guía jefe para darnos una bonita charla de cultura ambiental, sobre como viven los animales en la zona, sus depredadores y demás.

De vuelta al lodge nos hemos acostado, eso sí, agarrados a la cama para no caerte al suelo y poder dormir un poco.

A las 5 de la mañana nos han despertado para ver el amanecer. Con un ambiente bastante silencioso debido al madrugón, hemos vuelto al río principal para ver como el sol se levantaba por encima de las nubes matutinas con una bonita vista, aunque todo hay que decirlo, las sensaciones no son las mismas que las del atardecer, porque ¡¡¡ el cuerpo a esas horas no estaba en situación de disfrutar mucho !!!.

Hemos vuelto para desayunar y dar un paseo adentrándonos en la selva con el "Señor de las pirañas", que continuaba con sus sonrisa del día anterior. Durante el recorrido hemos podido comprobar, como se genera el caucho natural a partir de la corteza del árbol, como utilizan los indígenas las plantas para hacer cosas, hemos bebido agua del interior de una liana, etc. Un agradable paseo por un mundo diferente en el que la naturaleza ha desarrollado otros tipos de evolución.

A continuación nos han dado la oportunidad de elegir entre varias opciones entre las que hemos optado por ir a una cascada para darnos un baño. Avisados de que en base a las condiciones de baja cantidad de agua que circula por los ríos debido a que estamos al final de la época seca, nos podíamos encontrar con algunos problemas para llegar y acompañados del "Señor de las pirañas" hoy ya ascendido también al de las "anacondas", nos hemos puesto en marcha. No hemos tardado mucho en encontrarnos clavados en la mitad de río encallados y sin poder avanzar, por lo que los "caballeros" nos hemos tenido que echar al agua para empujar. A nadie le hacía gracia eso de saltar al agua y debía ser por las escenas de las películas, y aunque no han aparecido pirañas ni anacondas, la sensación que he tenido al dejar la barca ha sido ¡¡¡ escalofriante !!! Casi un metro de lodo parecía tragarte aprisionándote y no te dejaba moverte para empujar ni salir, el pegajoso barro te succionaba hasta la cintura, recibiendo además múltiples arañazos en las piernas debido a ramas y piedras mezcladas en el lodazal. Luchando durante un buen rato hemos podido entre unos y otros liberar la barca y acercarla a la orilla, para continuar por tierra un tramo de poca agua, el cual ha podido remontar la barca ya sin peso.

De nuevo en la barca hemos llegado a la cascada y disfrutado de un precioso baño que nos ha servido para limpiarnos del muchísimo barro que llevábamos encima. La vuelta y a pesar de decirle al "Señor de las pirañas y anacondas" que nos acercara a la orilla cuando hemos llegado al tramo malo, se ha empeñado en continuar porque a favor de la corriente iba a ser más fácil. Pero al poco rato se ha parado la motora por lo que ha resultado ser falta de gasolina ¡¡¡ perfecto, nos hemos dicho, sólo nos faltaba esto !!! y gracias a que había cobertura de teléfono nos han podido traer una botella para poder continuar. No han pasado 200 metros cuando de nuevo hemos vuelto a encallar y de nuevo hemos tenido que sufrir la desagradable sensación de ¡¡¡ succión por las entrañas de la tierra !!! pero la alegría y los ánimos de las mujeres que iban ¡¡¡ protegidas dentro de la barca !!!! ha hecho que el paseo a la cascada resultase al final una agradable aventura.

En la comida hemos coincidido con un chico catalán que venía procedente de Venezuela y que tenía la intención de dar la vuelta al mundo. Según nos ha contado quería poner en orden sus ideas de futuro y que mejor forma que viajar solo para hacerlo. Personalmente me encanta encontrar personas así y aunque yo en su momento no lo hice, animo a mis hijos a que lo hagan cuando terminen los estudios al menos durante 1 año, porque creo realmente que es una experiencia única en la vida y que mejor que cuando se es joven.

Debo destacar que después de haber estado a lo largo de estos años con muchos grupos en la selva, desiertos, etc., éste ha sido el mejor. La juventud de nuestros acompañantes, su alegría, el que pudiésemos hablar todos con todos y entendernos sin problemas, ha convertido lo que organizativamente y de recursos era un desastre de tour, en una maravillosa experiencia de entendimiento y colaboración entre todos nosotros.

Con pena nos hemos despedidos de "Rafa" el brasileño y "Stephan" el alemán, porque se quedaban más días y del resto de argentinos en el muelle de Manaos. Estos 5 jóvenes recién licenciados en arquitectura tenían intención de continuar viaje subiendo hasta México, desde donde a finales de año volverán a su Córdoba en Argentina.

Después de 2 intensos días por el Amazonas hoy tocaba día de tranquilidad, dedicándolo por la mañana a intentar llegar al "Bosque de la Ciencia", que aunque hemos ido en transporte urbano, la poca frecuencia del servicio nos ha llevado varias horas para conseguir ver al final: 1 nutría, 4 jacarés y una familia de manatíes que parecía unas rocas en el fondo de la piscina, porque no se han movido en todo el rato que hemos estado.

También debía haber alguna anaconda pero no hemos tenido suerte de encontrarla y eso que había grandes anuncios por todos lados debido a que coincidíamos con "la semana de la ciencia" y parecía que hasta se habían esmerado en pintar las aceras. Vamos que después de lo que nos ha costado llegar, no es que no mereciese la pena, sino que parecía que nos habían gastado una broma pesada en el día de los "Santos Inocentes".

Hemos vuelto al centro de Manaos de forma bastante más rápida que la ida y nos hemos dirigido al puerto que es realmente el centro donde se juntan todo tipo de personajes, para saborear el auténtico Manaos, el de la orilla del río y puerto fluvial que acoge: viajeros en ruta por el río, turistas buscando información, vendedores de excursiones a la selva, etc. donde en una terraza sobre el río hemos tomado una cerveza y una especie de buñuelos de camarón, que se podían comer pero que su sabor no era el que debería ser.

Como pegaba el sol muy fuerte y hacia mucho calor, hemos vuelto al hotel donde he podido continuar con mi trabajo de los reportajes y diarios, hasta que al atardecer y después de que refrescara un poco el tiempo debido al chaparrón que ha caído, nos hemos acercado a la plaza donde se ubica el "Teatro Amazonas" para cenar por las cercanías.

Mañana cogeremos otro vuelo con destino a Belem y como resumen de esta parte del viaje diría que si volviera a visitar el río Amazonas lo haría de nuevo y por tercera vez en Iquitos (Perú), que si bien la ciudad es peor que Manaos, las excursiones a la selva y al río son mucho mejores en todos los aspectos: precio, organización, actividades, comida, hospedaje y calidad de servicio no son ni remotamente comparables. Incluso pienso que la naturaleza es más virgen en Perú. Muy cerca de Iquitos ya encuentras indígenas, chamanes, animales de todo tipo, etc. Pero la fama de Brasil hace que se ignore muchas veces esta otra alternativa. Sin embargo para hacer una travesía larga por el río hasta el Atlántico, Manaos dispone de una extensa flota de barcos y posiblemente sea la opción mejor, pero para estar unos pocos días viendo la selva y la vida en el río, yo apostaría sin dudarlo por Perú. Se pueden comparar ambos reportajes sobre el Amazonas en distintos países para sacar conclusiones.

Como el precio del taxi cuando hicimos el trayecto del aeropuerto de Manaos al centro nos pareció excesivamente caro, hoy Carmen se ha empeñado en que nos trasladásemos de vuelta al mismo en autobús, ya que había una relación en el precio de 3 R$ ( 1,25 € ) respecto a 48 R$ ( 22 € ), una diferencia abrumadora. Como éramos 2 personas el autobús o mejor dicho un pequeño ómnibus nos ha costado 6 R$ ( 2,5 € ). También hay que decir, que dicho ómnibus no cumplía con las exigencias de un servicio de este tipo, porque era uno de línea urbana que tenía una parada en el aeropuerto distante a unos 5 Km. y no contemplaba el transporte de maletas. Estas no entraban por el pasillo y menos podíamos llevarlas encima, por lo que han ido sobre la caja del motor junto al conductor, sujetas por un copiloto que no sé cual era su función porque no ejercía de cobrador, pero al menos ha impedido que se fuera el equipaje encima del conductor y le dejara maniobrar. De todas formas debían estar acostumbrados a llevarlas así, porque no parecía importarles mucho y han sido muy amables en el trato hacia nosotros.

Así que al más puro estilo rural brasileño pero con aire acondicionado, hemos llegado al aeropuerto en unos 30 minutos, procediendo a descargar las maletas como si fueran unos bultos especiales por encima de los tornos que todos los autobuses tienen aquí para controlar el pago de billete por los viajeros. Toda una auténtica tarea la de subir y bajar la maletas en el transporte público, que ha llevado su tiempo, pero como lo teníamos no nos ha importado mucho.

El viaje en avión ha sido sin problemas por encima todo el tiempo del río Amazonas y cuando nos acercábamos a Belem el paisaje era de enormes extensiones de selva y agua con múltiples islotes en los que no parecía que hubiese humanos viviendo. En cuanto hemos aterrizado me he dirigido a la agencia de alquiler de coches "Unidas" porque además de tener un buen precio, no tiene recargo si entregas el coche en lugar diferente al de recogida, haciendo una reserva para dentro de 2 días. Como a lo largo de este viaje voy a realizar entregas en ciudades diferentes, quiero experimentar primero con un par de días para comprobar qe es cierto lo que anuncian, ya que los recargos que aplican otras compañías por este concepto es muy importante.

Llegados al hotel "Unidos" con quienes habíamos gestionado la reserva directamente vía Internet y que presentaba precios más asequibles a nuestro entender que los pagados hasta ahora, nos han recibido con mucha amabilidad y la habitación nos ha parecido lo suficientemente confortable como para alargar un día más la estancia, ya que suelo reservar lo mínimo necesario para para pasar la noche de llegada y prolongar la reserva en caso necesario como ahora, en función de la relación calidad/precio.

Como hemos vuelto a perder una hora por el uso horario no nos ha dado tiempo más que para buscar un lugar donde cenar, dirigiéndonos a un paseo costero cercano llamado "Estäçao das Doças", unos antiguos pabellones industriales reconvertidos en restaurantes en los que hemos disfrutado de una estupenda cena en una terraza con una maravillosa brisa. Lo más seguro es que mañana repitamos porque ha sido algo sorprendente encontrar un lugar tan agradable de buenas a primeras, siendo lo primero que hemos visto nada más llegar a Belem. Por lo tanto, hemos comenzado muy bien nuestra visita a la desembocadura del Amazonas.

En la ciudad de Belem en la que el río Amazonas se pierde en el Atlántico formando un enorme delta selvático y de manglares, todo son contrastes.

Zonas pobres y muchos "sin techo" cohabitan barrios de bonitas y cuidadas casas coloniales. Esta mañana hemos salido a realizar un itinerario que me había preparado en función de los puntos de interés que tenía recogidos en el Gps y el primer lugar ha sido por cercanía al hotel, el teatro Da Paz, en la céntrica plaza de la República. En todas las calles había carteles referentes a la pasada fiesta del "Cirio de Nazaré" en la que la virgen es llevada desde la catedral a su basílica, a la que hemos ido y nos hemos encontrado sin saberlo con mucha animación de fieles que acudían a ver a la virgen. Me imagino que será algo parecido al fervor con la virgen del Rocío existente en Huelva.

En un ¡¡¡ suicida !!! ómnibus hemos vuelto a ¡¡¡ cabalgar !!! como cada día que estamos en Brasil a la zona vieja, en la que se concentran los principales puntos de interés: Catedral, fuerte, y casas marineras, todo ello colonial. Un tremendo contraste de limpieza en el fuerte Presepio y sus cuidados jardines, respecto a su vecino puerto pesquero en el que la suciedad era algo impresionante y como para pensar que jamás en su historia había sido limpiado.

A pesar de todo, la orilla del río es el auténtico Belem que nos ha gustado, con el mercado "Ver o Peso" lleno a rebosar de gente, tanto de clientes como de vendedores de todo tipo bajo un ruido espantoso de voces, música y hasta televisores que utilizan para entretenerse mientras venden lo que sea.

Hemos continuado por la orilla del río hasta llegar a la renovada "Estäçao das Doças" , pasando de un ambiente popular de tenderetes a la cuidada zona donde cenamos ayer. Después en otro omnibús y de andar un largo trecho hemos visitado el "Manjal das Garzas" en donde de nuevo nos hemos encontrado con un parque de pájaros, mariposas y museo al más puro estilo europeo, con excelentes servicios, zonas verdes, etc. además de una preciosa vista de la ciudad y del delta.

En definitiva, a cada momento hemos ido cambiando de ambiente. Por una parte, suciedad a raudales y bastantes indigentes y de otra, ejecutivos de traje y corbata, restaurantes de cierto nivel, mucha limpieza y un parque sobre naturaleza y fauna, que parecía diseñado por Disney. En cualquier caso, esta ciudad nos ha gustado bastante más de lo que esperábamos y nos ha sorprendido su nivel de vida en algunos ambientes sin resultar exorbitante.

Para mañana y pasado hemos alquilado un coche con el que visitaremos los alrededores del norte de Belem, sus playas y algunos pueblos de pescadores.

Después de desayunar y dejando la mayor parte del equipaje en el hotel porque mañana volveremos de nuevo, hemos cogido un autobús urbano para acercarnos a las oficinas de "Unidas" para coger el coche de alquiler. No nos hemos entendido bien con el chofer y nos ha parado en otra calle bastante distante de la que queríamos ir, teniendo que coger otro autobús de nuevo.

En cuanto al coche ha habido más suerte, ya que nos han dado uno de nivel superior porque no les quedaban del tipo que habíamos alquilado. La intención era desplazarnos hasta "Algodoal" que estaba a unos 180 Km. de Belem, pero como no había indicaciones de tráfico, el Gps de TomTom tenía un mapa totalmente imposible de utilizar correctamente y a pesar de ir preguntando constantemente nos hemos perdido varias veces, perdiendo muchísimo tiempo. Cuando vuelva a casa escribiré a la casa TomTom, haciéndoles saber este problema y preguntarles como es posible que puedan vender un producto en estas condiciones y si no tienen unos mínimos controles de calidad para verificar que el mapa de Brasil está bien. Ha sido todo un quebradero de cabeza, porque a veces parecía ir bien y después se perdía indicando cosas imposibles de realizar.

A la hora de comer en un pequeño restaurante familiar, hemos decidido abandonar nuestro objetivo de ir a el Algodoal porque teníamos que coger además un ferrie y los horarios ya no nos cuadraban, y pasar directamente al segundo destino que teníamos previsto: la isla de Mosqueira, donde llegábamos a media tarde atravesando un largo puente.

De entrada ya nos ha gustado mucho su playa cogiendo habitación en el hotel Farol del mismo nombre de la playa y con vistas a la misma desde la terraza. Rápidamente hemos bajado a darnos un baño y pasear por la orilla en la que había mucha actividad deportiva. En esta playa se debe tener cuidado porque parece ser que hay rayas venenosas, con recomendación de entrar chapoteando para que se marchen asustadas. Hemos aprovechado que había una familia jugando en el agua y haciendo mucho ruido, dándonos un baño junto a ellos casi como si fuésemos parte de ella ¡¡¡ la seguridad ante todo !!!

El agua era dulce porque la cantidad que vierte el Amazonas al mar hace que muchos kilómetros a la redonda lo sea, por lo que era una sensación extraña estar en una playa de las mismas características que las de mar y con arena muy fina y blanca, pero de agua dulce.

Una preciosa puesta de sol a puesto fin a un día que se nos ha atravesado en principio, pasando gran parte de él en la carretera, pero que al final se ha arreglado en una preciosa playa como premio a nuestra constancia.

Nada más levantarnos hacia las 8 de la mañana y en ayunas, nos hemos dado un maravilloso baño en la playa sin preocuparnos demasiado de las rayas venenosas, o al menos yo, porque cuando entrábamos en el agua me he dado cuenta de que Carmen se ponía justamente detrás mío ¡¡¡ por si las moscas !!!! Cuando le he dicho que me había dado cuenta de lo que había hecho, se ha echado a reír y ha confesado que de haber algún riesgo que lo corriera yo, mejor que ella.

La verdad es que no sé si lo del peligro con las rayas es una broma de Lonely Planet o que se la gastaron los lugareños al que lo escribía, porque aquí todo el mundo se echaba al agua incluidos niños, sin ningún miedo.

Después de desayunar hemos seguido disfrutando del precioso paisaje y de una maravillosa brisa en la terraza de la habitación, hasta que nos hemos marchado a recorrer la costa de la isla de Mosqueiro, que tiene varias playas hoy bastante concurridas por ser domingo. En la playa de "Paraíso" que estaba bastante bien, nos hemos vuelto a bañar y aprovechado para comer camarones, que es el plato estrella de la zona. Terminábamos la visita a la isla en la "Baía do Sol", comenzando la vuelta hacia Belem.

Un bonito día con la sorpresa agradable de visitar una zona que ha resultado mucho mejor de lo esperado, ya que pensábamos que las playas serían al estilo de las de Manaos, pero lo único que tenían en común era el agua dulce, o mejor dicho algo parecida pero con algo más de sal. Esta isla que está situada en el delta y a varios kilómetros de la línea de costa del Atlantico, parece tener partes iguales de agua salada y dulce, con multitud de especies perfectamente adaptadas al poco grado de salinidad, ya que se pesca mucho camarón, cangrejo y peces como doradas y otros de mar.

Mañana de nuevo cambiaremos de zona continuando por la costa hacía el sur, concretamente a "Säo Luis", desde donde intentaremos visita el "Parque Nacional de Lençóis de Maranhenses", famoso por formar un paisaje ondulado de agua y arena al que le apodan como "Sábana de Cama".

Día dedicado a cambiar de destino desplazándonos en avión al estado de Maranhao, que se sitúa en la costa dirección este de Belem. Su principal ciudad es Säo Luis, considerada una pintoresca joya colonial, además de ser la capital brasileña del reggae. Esto último puede que sea así, pero lo de pintoresca ciudad colonial, nosotros no hemos sabido apreciarla, al menos en el primer contacto que hemos tenido hoy.

La llegada en avión ya ha sido caótica, han debido coincidir varios vuelos a la vez¡¡¡ lo cual no se entiende que suceda en una ciudad que no se caracteriza por ser un nudo de comunicaciones !!! pero el caso es que se ha producido un auténtico problema en la recogida de maletas y eso que sólo había 2 cintas transportadores en todo el aeropuerto, pero no paraban de sacar equipajes y las pantallas cambiaban constantemente los vuelos de procedencia, de una a otra. Después el problema ha sido coger un taxi, porque no había suficientes para la marea de viajeros que los solicitaba. Ante esta situación he pensado que llegaba a una gran ciudad, emparentada poco más o menos con Manhattan o alguna otra por el estilo.

La realidad la hemos visto después de llegar al hotel "Pousada Colonial " en donde teníamos la reserva, saliendo al poco rato para aprovechar las pocas horas de luz que nos quedaban. En apenas un par de horas hemos visto la "Ciudad Histórica" con sus edificios de azulejos y la catedral, sin que nada de lo visto nos llamara mínimamente la atención. Hasta el punto de que nos hemos dirigido a la estación de autobuses para irnos a una zona de playas para aprovechar la tarde, pero tardaba tanto en aparecer dicho autobús que hemos desistido de ir porque se estaba haciendo de noche.

Lo que si hemos solucionado rápidamente y bien es la visita al "Parque Nacional de Lençóis de Maranhenses", quedando en ir mañana y pasar una noche en el cercano pueblo de "Barreirinhas". En cualquier caso, a la vuelta estaremos otro día en Sao Luis y esperamos encontrar algo más que despierte nuestro interés por esta ciudad que tiene cierta fama de atracción turística.

Después de 3 horas y media de viaje por una excelente carretera que contrastaba con el rugoso asfalto de las de Säo Luis y probablemente porque ésta iba a un Parque Nacional y como en muchos países suelen estar construidas y mantenidas por ministerios de medio ambiente y no por los clásicos que se ocupan de las redes viarias, hemos llegado a Barreiginhos que es uno de los pueblos que dan entrada al "Parque Nacional de Lençóis de Maranhenses".

Después de instalarnos en un hotel y de comer, hemos salido en un coche 4X4 que llevaba en la caja un sistema de asientos que triplicaba su capacidad normal de pasajeros, transitando por caminos de arena bastante profunda pero con los que no tenía ningún problema su tracción a las 4 ruedas, porque no hemos tenido que parar ni una sola vez. Después de cerca de 1 hora, han comenzado a aparecer dunas de nivel medio y arena blanquísima. A partir de ahí, el resto del camino ha sido andando subiendo y bajando dunas hasta un pequeño lago formado por agua dulce procedente de la época de lluvias. Curiosamente este lago estaba muy cerca del mar.

En la actualidad estamos terminando la época seca y sólo quedan con agua los lagos más grandes que se han formado y que la evaporación no ha conseguido secarlos.

Este Parque Nacional tiene la característica de que en época de lluvias, cae tanta agua que los valles que forman las dunas son inundados formándose lagunas en las que el agua permanece sin filtrarse al subsuelo, gracias a capas impermeables que hacen la función de vasos contenedores. Todo esto crea un curioso paisaje de dunas curvas de arena blanquísima con fondos de agua azul, a lo que le han puesto el sobrenombre de "Sábana de cama".

En este lago nos hemos dado un reconfortante baño entre pequeños peces que lo habitaban y de vuelta hemos presenciado otra bonita puesta de sol, y en Brasil ya llevamos varias: sobre el río Amazonas, sobre el Atlántico, sobre dunas y hasta sobre curiosos edificios en Brasilia.

Mañana haremos otra excursión, esta vez en motora a otra zona del parque donde continuaremos disfrutando de este regalo de la naturaleza.

Con otros día espléndido de sol hemos embarcado por la mañana para realizar una excursión por el río. El grupo lo formábamos: una pareja de brasileños de Sao Paulo en luna de miel (Cristiane y Marcelo), una joven holandesa de La Haya (Radha) y una pareja de franceses quienes no han querido participar del entorno amigable y distendido que se suele formar en estos casos.

Nos hemos comunicado bastante, bien cambiando de idioma: inglés, español y brasileño cuando lo necesitábamos y hablando despacio cuando la cosa se ponía difícil. Durante 1 hora y media hemos navegado desde Barreiginhas por el "río Negro" en dirección a las dunas y al océano Atlántico, parando en ocasiones para ver algún tipo de fruta exótica.

Paseo por más dunas y subida a un faro desde el que se tenía una preciosa vista del parque, han sido las actividades realizadas en un agradable ambiente de camaradería. Parada a comer en otra zona donde hemos pedido Carmen y yo "anchoves" pensando que serían equivalentes a nuestras anchoas, pero ¡¡¡ craso error el nuestro !!! era una especie de corcón tan grande, que nos han servido una pieza para los dos.

Retorno por el río hasta el pueblo y en autobús hasta Säo Luis donde llegábamos al anochecer.

Una bonita excursión al Parque Nacional cambiando el paisaje visto hasta ahora por el de las dunas y manglares. Mañana visitaremos la zona de playas de esta ciudad para ver si mejora nuestra impresión inicial.

Lo hemos buscado pero no lo hemos encontrado. Me refiero al motivo de la fama que tiene Säo Luis, porque nos hemos trasladado por la mañana a la zona de playas y todavía era peor que la ciudad histórica. Playas contaminadas con hoteles impersonales sin un simple paseo costero y playas algo mejores pero igual de feas, sin hoteles y con un paseo que no invitaba a utilizarlo. Ni una fotografía he sacado porque el paisaje no merecía utilizar el mínimo espacio en la tarjeta de memoria.

Nos hemos sentado en una terraza de un chiringuito y aburridos ya, hemos aprovechado para comer, pidiendo unos cangrejos porque eran baratos y una "picanha mixta" parte de carne, salchichas y chorizo a la parrilla. Bien, han tardado exactamente 70 minutos desde que lo habíamos pedido y después de reclamarlo varias veces, teniendo en cuenta además que éramos los únicos clientes que tenían. Me he fijado que en un momento aparecía un ¡¡¡ butanero !!! con una bombona de gas, por lo que pienso que se habían quedado sin combustible para hacernos el pedido.

Cuando al fin ha llegado, hemos pensado que mejor que no lo hubieran hecho porque era incomestible. Los cangrejos de un aspecto aterrador y sin nada de carne se deshacían en la mano, todo lo contrario que la carne que no podíamos ni pincharla con el tenedor de lo dura y seca que estaba. Así que prácticamente sin comer nos hemos marchado pensando que esta ciudad por algún motivo estaba en contra nuestra, porque desde la llegada al aeropuerto, todo había sido problemático.

Por la tarde, hemos terminado de ver algunos edificios y fuentes que tampoco merecían la pena, por lo que lo único bueno que podemos decir de Säo Luis es que es la ciudad más cercana al "Parque Nacional de Lençóis de Maranhenses". Hasta en el hotel hemos pasado por varias habitaciones, porque todas tenían problemas: ruido de bombas de agua, cercanía a la cocina que a las 4 de la mañana comenzaba a hacer un ruido enorme, aire acondicionado averiado con un calor de muerte, camas con tablones y finos colchones que casi era mejor dormir en en suelo, etc. El desayuno se salvaba de la ¡¡¡ quema !!! porque estaba bastante bien.

Mañana cogemos otro avión de "TAM" para continuar bajando por la costa, esta vez con parada en Fortaleza, desde donde intentaremos ir a otro Parque llamado "Jericoacoara".

Continuamos nuestro viaje por la costa brasileña hasta Fortaleza, sin ninguna novedad en el vuelo. Salíamos a las 2 y media de la tarde de Säo Luis por lo que nada más llegar al hotel "Golden Tulip " en Fortaleza, hemos salido para organizar la visita al "Parque Nacional de Jericoacoara", para lo cual nos hemos tenido que mover buscando alguna agencia que nos resolviese el tema en el poco tiempo disponible que tenemos en esta zona. Como en nuestro hotel el recepcionista que nos ha atendido insistía en que eran necesarios 3 días completos para ir y venir, y no nos lo podíamos creer porque está a 350 Km. de distancia de Fortaleza, hemos salido a la calle a buscarnos la vida. Como es difícil darnos de frente con una agencia de viajes me he metido en otro hotel y poniendo cara de bueno me he dirigido a una recepcionista pidiéndole ayuda para que me diese alguna dirección a la que ir, y así lo ha hecho.

A menos de 200 metros de allí hemos encontrado en una pequeña tienda que hacía de oficina y atendida por una competente jovencita, la mejor solución y sin duda la más flexible. Mañana nos desplazaremos en autobús al pueblo de Jericoacoara con 5 horas de viaje, nos recibirán al llegar los de la pousada que también hemos reservado allí al menos por 1 noche y volveremos cuando queramos, pudiendo organizar allí mismo las visitas al Parque Nacional. Como no sabemos cuanto nos llevará visitar los puntos más interesantes del parque dejamos abierto el tema, reservando habitación en este mismo hotel "Golden Tulip " la noche anterior a nuestro vuelo a Arrecife y pudiendo dejar la mayor parte del equipaje.

También debo decir que no entiendo bien como funciona este país en el tema de los precios. Ahora estamos en una gran ciudad turística que recuerda mucho a Benidorm, nada que ver con las anteriores visitadas, salvo Río de Janeiro y los precios pagados tanto del hotel como de la mejor cena a base de pescado que hemos hecho en Brasil, han sido casi la mitad de los pagados hasta ahora, con una calidad muy superior a la de Manaos, Belem y Säo Luis. Lo que se me ocurre pensar es que gracias a que esta ciudad es un centro turístico, se han desarrollado tanto los servicios y las empresas que los prestan que ha surgido una gran competencia entre ellas y ha hecho que los precios se reduzcan para los clientes, porque lo demás no se entiende.

La primera impresión que nos ha causado Fortaleza ha sido muy buena en cuanto a que se respira un ambiente festivo y buena calidad en los edificios que hemos visto mejorando con creces a Río de Janeiro en este aspecto.

Cuando estábamos esperando a que llegara el autobús se ha colocado al lado nuestro una joven china con quien hemos empezado a hablar en inglés. Ha resultado ser de Cantón y cuando le hemos dicho que escasamente hacía 3 meses que habíamos estado allí y hemos pronunciado el nombre de Guanzhou, le ha hecho mucha ilusión y hemos continuado recordando ciudades de China durante un rato.

Las 4 primeras horas de viaje han sido muy cómodas en un buen autobús y la última hemos tenido que cambiar de transporte, por otro autobús especial que era 4X4, ya que durante 20 Km. había que transitar por playa y bordear alguna que otra duna para llegar al pueblo de Jericoacoara, en el que no hay asfalto. Dicho así, parece que hemos venido a un lugar remoto por la forma en que hay que llegar y de hecho es así mientras transitas, pero una vez en el pueblo te encuentras con que está lleno de hoteles/pousadas, tiendas de bastante nivel y mucho ¡¡¡ niño pijo !!! brasileño. Entre lo escondido que está el lugar y el fuerte viento que sopla constantemente para delicia de los muchos que practican el "kitesurf", ha convertido este lugar en un centro donde esconderse del bullicio de las playas masificadas y ¡¡¡ vivir la vida !!! con cierto estilo al que vivían los hippies en los 70 en lugares como Formentera, pero en un ambiente más comercial, con quards y buggies, para visitar los lugares de interés.

Nada más llegar nos hemos planificado el tiempo a permanecer aquí en función de las visitas a realizar, incluyendo los billetes de vuelta en los autobuses porque el de hoy venía completamente lleno y queríamos asegurarnos de estar el día 2 de Noviembre en Fortaleza para coger el siguiente avión a Recife. Aquí te puedes quedar tirado y sin posibilidad de salir porque sólo hay 3 viajes al día del autobús especial 4X4 que circula por arena.

Para nuestra estancia aquí y siguiendo los consejos de la posada, hemos contratado a "Pitônho" un guía muy agradable que nos ha llevado en su buggy de un lado para otro por un precio muy razonable. Solo por tu cuenta además de estar prohibido es imposible que encuentres los lugares entre el extenso espacio de dunas. Al atardecer Vitorio nos ha acercado a "Pedra Furada", un peñasco horadado por la erosión que estaba a 20 minutos andando por la playa, donde ha habido otra puesta de sol preciosa sobre la bonita costa rocosa.

Mañana continuaremos las visitas por la zona con "Pitônho" y su buggy, que nos ha prometido ir a lugares que son todavía mejores que los de hoy.

Tenía razón "Pitônho" con que hoy todavía lo íbamos a pasar mejor. A las 9 de la mañana hemos salido con el buggy por la playa bajo un fuerte viento visitando diversos lugares y uno de los que más nos ha llamado la atención ha sido un bosque seco de manglares, porque nunca habíamos visto uno, siempre los manglares los habíamos visto sobre el agua. La arena come terreno al mar y cubre la base de los manglares donde los árboles a falta de humedad comienzan su agonía hasta morir. Después de esto parece como que la arena ya ha cumplido su objetivo y se deja cubrir de nuevo por el mar pero ya sin flora. En la foto se puede apreciar estas 2 fases y en esta costa puedes encontrar diversos lugares donde se da esta situación

Es el movimiento constante de la arena y dunas que hace 20 años obligó al pueblo de Tatajuba a trasladarse por completo a unos cientos de metros, porque la arena se lo tragaba. Nuestro guía nos ha enseñado donde estaban hace unos años algunas de las altas dunas que veíamos, comprobando que se habían movido hasta 300 metros. Siguiendo con el tema de la arena, hay que decir que la que hay aquí, finísima y blanca tiene la característica de contraerse por presión y convertirse casí en piedra para no moverse de lugar. Esta dureza de suelo hace que por estas zonas puedan circular coches normales como si fuera casi asfalto.

Por otro lado, hemos tenido que cruzar en unas plataformas, una entrada de agua procedente del mar que partía la playa en 2, siendo impulsadas por personas con pértigas y sin tracción mecánica a causa de la escasa profundidad.

Al mediodía nos ha llevado a un lago bastante grande de agua dulce y que estaba junto al mar, dándonos un refrescante baño. Después hemos vuelto a Jericoacoara, tras 1 hora y pico de circular por la playa y soportar los pinchazos que la arena con el viento producían, parándonos en el restaurante "Estrella do Mar" regentado por Luzia y Raimundin, donde cenamos ayer y con quienes habíamos quedado en volver para probar su plato del día de pescado.

Al atardecer hemos subido a la duna "Pôr do Sol" que está junto al pueblo y donde había mucha gente practicando el sandboard. Allí una vez más, una impresionante puesta de sol a puesto punto final a un día que recordaremos durante mucho tiempo, hasta el punto que aunque bastante cansados nos hemos sentado en una terraza sobre la arena y nos hemos tomado un par de caipirinhas que estaban en oferta a mitad de precio por la hora que era, y pensando en que ojalá hubiésemos tenido proyectado quedarnos algún día más aquí en lugar de en Säo Luis, porque merece la penar disfrutar al máximo de Jericoacoara.

Y como lo prometido es deuda aquí dejo los datos tanto del guía como del restaurante porque ambos merecen la pena tenerse en cuenta si se recala por este lugar:

Pitônho Buggero: Tfno 88/96409195

Restaurante Estrella do Mar - Rúa San Francisco - eMail: luzia-jeri@hotmail.com

Mañana por la mañana cogeremos de nuevo el autobús especial 4X4 para iniciar la vuelta a Fortaleza donde esperamos llegar al mediodía.